Lanxess continúa desprendiéndose de sus negocios vinculados con el cromo con el objetivo de prescindir totalmente del uso de este metal en los próximos años. En sintonía con esta estrategia, la compañía química especializada en cuero acaba de vender el 74 por ciento de sus participaciones en la mina de cromo de Rustenburg (Sudáfrica) al proveedor local de minerales finos Clover Alloys. El pasado 15 de noviembre, ambas compañías firmaron el acuerdo, pero la transacción no se hará efectiva hasta finales de 2020. No ha transcendido el precio de la operación.
«Nos hemos centrado en los últimos años en una cartera de productos químicos sin cromo y continuamos en este camino. Después de la venta de nuestro negocio de productos químicos de cromo, en consecuencia, es lógico desinvertir en la mina de mineral de cromo como fuente clave de materias primas para este negocio», explica Rainier van Roessel, miembro del consejo de administración de Lanxess.
La mina de Rustenburg provee a la industria química, del hierro y sus aplicaciones de fundición. Actualmente emplea a alrededor de 500 trabajadores directos y a más de un millar de indirectos.
Sin cromo
El cromo y sus derivados son los químicos más utilizados para la curtición de pieles. Se calcula que entre el 85 y el 90 por ciento de las pieles en todo el mundo se curten con cromo. Lanxess ha ido reduciendo poco a poco en los últimos años su producción de químicos de este metal. El pasado mes de agosto vendió su negocio de productos químicos con cromo a Brother Enterprises, fabricante chino de químicos para la curtición de pieles. Además, entre 2016 y 2018 aumentó el precio de sus especialidades con cromo en más de un 60 por ciento y a finales de 2017 cerró su planta especializada en la fabricación de dicromato sódico y sales de cromo para la curtición de pieles situada en Zárate (Argentina).
