En los últimos años Chanel se ha asegurado el control de sus proveedores de pieles con la adquisición de distintas curtidurías repartidas por Europa; una estrategia de aprovisionamiento que parece no haber acabado. Tras la compra de las curtidurías francesas Megisserie Richard, Bodin-Joyeux y Tanneries Haas, la española Colomer Leather y la italiana Samanta; la firma de moda de lujo tiene previsto hacerse cargo de la compañía Degermann, ubicada en la ciudad de Barr de la Alsacia francesa. Se trata de una de las dos últimas curtidurías activas de la región y la única productora independiente de Francia hasta ahora. Por el momento, se desconocen más detalles sobre la operación, aunque se calcula que se cerrará para finales de 2019.
La historia de Degermann se remonta al siglo XVI, y desde entonces un linaje de curtidores ha mantenido ininterrumpida la elaboración de cueros hasta nuestros días. Especializados en la curtición de pieles bovinas, su producción supera los 47.000 metros al mes, de los cuales el 40 por ciento se destina a la exportación.
