Los datos de la balanza comercial de la industria del cuero del año pasado se resumen en tres puntos principales. El primero: el sector nacional ha frenado la venta de pieles en brutos. El segundo: las importaciones de cueros acabados se han disparado. Y tercero: la diferencia entre ventas y compras de pieles se ha reducido casi a cero.
Las exportaciones de pieles en bruto se han reducido hasta niveles de 2012, con una bajada del 21,36 por ciento, casi 70 millones de euros. Por el contrario, las ventas al exterior de pieles semicurtidas han crecido un 14,76 por ciento, 10,5 millones de euros; y las de cueros curtidos, lo han hecho un 1,74 por ciento, más de 6,5 millones de euros.
Esta bajada de las exportaciones de pieles en bruto ha permitido frenar las importaciones de esta materia prima. Las compras al extranjero de pieles en bruto se han reducido un 13,71 por ciento, aproximadamente un 13,5 millones de euros. Sin embargo, sí se han importado muchas más cueros semicurtidos y acabados, un 21,77 por ciento (31 millones de euros) y un 20,66 por ciento (78 millones de euros), respectivamente.
Estas subidas y bajadas han conseguido reducir la diferencia entre las exportaciones e importaciones de pieles en un 90,5 por ciento. Si en 2013 la diferencia a favor de las exportaciones era de 163 millones de euros, en 2014 solo fue de 15,5 millones de euros.
