Representantes de las industrias europeas de las prendas de ropa, el calzado y el cuero (conocidas por las siglas TCLF) se reunieron en Bucarest (Rumanía) los pasados días 25 y 26 de octubre para discutir cómo enfrentar los desafíos futuros que plantea la Estrategia de Textiles Sostenibles de la Unión Europea. Durante estos dos intensos días de trabajo, se debatió sobre la doble transición verde y digital de los sectores del textil, de la confección, del cuero y del calzado, bajo el marco que impone la nueva legislación europea en estos campos. En términos generales, los asistentes a la reunión estuvieron de acuerdo en que es el momento de prepararse para asegurar que las transiciones beneficien tanto a las empresas como a sus trabajadores del ecosistema textil europeo.
En este difícil escenario económico y con el impacto de la crisis energética en el salario y el nivel de vida de las personas, proteger las industrias y los puestos de trabajo es vital. Si bien el paso a una producción de más alta tecnología y alta calidad podría conducir a salarios más altos, los interlocutores sociales destacaron la importancia de seguir siendo realistas, con el apoyo y la inversión necesarios a nivel nacional y europeo.
El cuero en la Unión Europea
En el caso particular de la industria del curtido, el secretario general de Cotance, Gustavo González-Quijano, señala que «el cuero es el material circular perfecto para el mercado de moda lenta de la Unión Europea del mañana. Sin embargo, esto debe garantizarse mediante evaluaciones de impacto adecuadas en el contexto de la nueva legislación de la UE. Este no ha sido el caso en la propuesta de la comisión para cadenas de suministro libres de deforestación que, además de estigmatizar injustamente a la industria, corre el riesgo de colocarla en una posición insostenible en comparación con los competidores fuera de la UE».
