El pasado año las exportaciones españolas de pieles curtidas crecieron un tímido 0,25 por ciento. Más notable fue el aumento de las ventas al exterior de las pieles semicurtidas, por encima del 7 por ciento; así como la fuerte caída de las exportaciones de pieles en bruto, un 18 por ciento. En cuanto a las importaciones, en 2018 todos los segmentos de piel registraron descensos.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, el pasado año con respecto a 2017, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 18 por ciento (37,1 millones de euros menos). En el caso opuesto, las ventas al exterior de piel semicurtida crecieron un 7,39 por ciento (5,6 millones de euros más). Por último, las exportaciones de pieles curtidas detectaron una leve subida del 0,25 por ciento (950.000 euros más).
En cuanto a las importaciones de piel, en 2018 con respecto al año anterior, las compras en el extranjero de pieles en bruto cayeron un 6,67 por ciento (5,4 millones de euros menos). Por su parte, la importación de pieles semicurtidas disminuyeron un 9,65 por ciento (13,3 millones de euros menos). De la misma manera, las compras en el exterior de pieles curtidas se redujeron un 1,53 por ciento (5,2 millones de euros menos).
En consecuencia, la balanza comercial de la piel arrojó en 2018 un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones españolas de más de 94,4 millones de euros.
