El pasado año, la crisis de la covid-19 golpeó con dureza la industria del cuero en nuestro país. La balanza comercial del sector español de pieles y cueros en 2020 mostró cifras negativas en todos los subsectores, tanto en sus exportaciones como en sus importaciones. En particular, el comercio de pieles curtidas registró caídas por encima del 20 por ciento en relación con las ventas al exterior y cercanas al 40 por ciento en cuanto a las compras en el exterior.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, el pasado año con respecto a 2019, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 25,5 por ciento (37,5 millones de euros menos); las de pieles semicurtidas lo hicieron un 14,6 por ciento (8,3 millones de euros menos) y las de pieles curtidas, un 21,5 por ciento (80,4 millones de euros menos).
En cuanto a las importaciones de piel y cuero, durante 2020 con respecto al año anterior, las compras en el extranjero de pieles en bruto descendieron un 8 por ciento (4,3 millones de euros menos); la importación de pieles semicurtidas, un 22,7 por ciento (22 millones de euros menos) y, finalmente, las de pieles curtidas, un 39 por ciento (121,7 millones de euros menos).
En consecuencia, la balanza comercial de la piel de 2020 arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones de 138,2 millones de euros.
