El veto impuesto por la Unión Europea a las empresas rusas como represalia por la invasión de Ucrania ha provocado que Union For Leather, curtiduría de capital ruso que opera en Lorca (Murcia), se encuentre en graves dificultades. La falta de suministro de materias primas y productos químicos, los problemas para acceder a financiación y las limitaciones para comercializar sus productos han obligado a esta compañía a reducir la jornada laboral a 19 de los 39 trabajadores que componen su plantilla, al mismo tiempo que otros 12 se han acogido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Solo cinco trabajadores continúan con su actividad habitual en la empresa y son el personal de dirección, administración y comercial. No obstante, la voluntad de la compañía es reanudar la actividad cuando la coyuntura internacional mejore y el conflicto bélico se acabe.
Desde su fundación en 2012, Union For Leather se ha especializado en el acabado y comercialización de pieles para calzado, tapicería y marroquinería. En su momento llegó a emplear a algo menos de un centenar de trabajadores y a vender sus pieles en mercados como España, Portugal Francia, Italia, Alemania, India y otros países de Asia. La curtiduría importa la mayoría de las pieles crudas que elabora de Rusia. Con el estallido de la guerra en febrero de 2022 y las consecuentes sanciones aprobadas por la Unión Europea para presionar al Gobierno de Putin, el comercio de pieles y cueros con Rusia se ha interrumpido casi en su totalidad.
Union For Leather está ubicada en la localidad murciana de Lorca, donde cuenta con unas instalaciones de más 6500 metro cuadrados con capacidad de producción de 22 millones pies cuadrados de piel. Su sede dispone de seis líneas de acabado, además de treinta equipos adicionales. De media, la curtiduría llegaba a producir más de seis millones de pies cuadrados de cuero acabado. Union For Leather forma parte del grupo ruso de empresas Russkaya Kozha.
