La escalada de tensión entre los Estados Unidos y China amenaza con desencadenar una guerra comercial de consecuencias todavía difíciles de calcular. En este sentido, la última propuesta del gobierno chino de imponer aranceles de entre el 5 y el 25 por ciento a las importaciones estadounidenses afecta, también, a la mayoría de tipos de pieles y cueros americanos, un producto que hasta ahora no sufría ningún gravamen extraordinario.
Ante este panorama, Stephen Sothmann, presidente de la asociación americana de pieles y cueros Ushsla, ha declarado que «las disputas comerciales solo crean víctimas y no generan crecimiento económico». Además, ha advertido que de imponerse estos aranceles «la mayoría de las curtidurías estadounidenses se verían afectadas de manera desproporcionada».
En 2017 China importó más de 1.000 millones de dólares en productos de piel y cuero de EE. UU., lo que representa más del 50 por ciento de la producción total del país. El mercado chino no solo es importante para la industria de la piel y el cuero de EE. UU. sino que es «esencial para su supervivencia», ha confesado Sothmann.
En 2017 China importó más de 1.000 millones de dólares en productos de piel y cuero de EE. UU., lo que representa más del 50 por ciento de la producción total del país.
«No hay ganadores en disputas comerciales, por ello Ushsla insta a China y los EE. UU. a trabajar diligentemente para resolver cualquier diferencia antes de que entren en vigencia las tarifas adicionales y las barreras de acceso al mercado. De lo contrario, se impondrán dificultades innecesarias a los trabajadores y consumidores de la industria del cuero en ambos países», ha añadido el presidente de asociación estadounidense.