La ciudad barcelonesa de Igualada es hoy por hoy donde se concentra el mayor número de curtidurías de toda España. También fue la primera ciudad en nuestro país, junto con otras tres localidades de la zona, en decretar el confinamiento total de sus vecinos motivada por la alerta sanitaria del coronavirus. De esta manera, desde el 13 de marzo, salvo unas pocas excepciones, nadie puede entrar ni salir de Igualada y sus ciudadanos tienen muy limitadas sus actividades.
Como en Igualada, la actividad industrial relacionada con la curtición de pieles lleva paralizada prácticamente un mes. El sector de la curtición está considerado una actividad esencial en algunos supuestos como, por ejemplo, para la retirada de las pieles de los mataderos y el tratamiento de conservación de estas, mientras que los procesos de ribera están permitidos solo en el supuesto de que se pueda acreditar que se producen suministros para la industria alimentaria y farmacéutica, como colágeno y gelatina. Para conocer un poco mejor de qué manera está afectando la crisis del coronovirus a la industria de la curtición en España, hemos hablado con Anna García, directora de la Asociación Española del Curtido (Acexpiel). Esto es lo que nos ha contado:
LederPiel: ¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria del coronavirus a la industria del cuero?
Anna García: El impacto de la epidemia y las medidas que ha tomado el gobierno para contener el virus afecta, en mayor o menor medida, a todas las industrias manufactureras. En nuestro caso, el impacto económico de la pandemia se comenzó a notar en enero, cuando el gobierno chino anunció la aceleración de contagios en la región de Hubei. China es uno de los socios más importantes para nuestros artículos y, como consecuencia de la situación, son muchas las empresas que han visto un elevado número de cancelaciones de pedidos, así como retrasos en el pago de facturas desde la región asiática.
LederPiel: ¿Cómo valora las medidas propuestas por el gobierno para hacer frente al parón económico provocado por el estado de alerta?
Anna García: La coyuntura económica originada por la crisis sanitaria del covid-19 constituye un obstáculo a la industria del curtido. Creemos que las medidas presentadas por el gobierno no son suficientes. No responden a las necesidades a corto plazo. Si bien es cierto que los ERTE pueden paliar parcialmente el impacto más inmediato, observamos que esta medida es un parche y solo ofrece una solución parcial a lo que estimamos que la industria tiene que afrontar. El gobierno debe priorizar en su agenda la importancia de proteger el tejido empresarial del país y para ello es imprescindible el desarrollo de un completo programa de medidas no-discriminatorios y flexibles para acceder a ellas y que se ejecuten en un corto plazo de tiempo.
LederPiel: ¿Cuánto tiempo cree que se tardará en recuperar la normalidad en el sector de la curtición?
Anna García: La evolución del contagio a nivel global está siendo irregular. Actualmente, según informa la OMS, hay 210 naciones infectadas y ni siquiera este organismo internacional puede indicar con cierta seguridad cuando se puede dar por controlado el covid-19. En el supuesto de que España recobrase cierta normalidad (o como mínimo una relajación de las medidas impuestas para frenar el contagio) a finales de mayo o principios de junio, como vaticinan algunos ministerios, dicha situación no lleva implícito que el tejido empresarial pueda reanudar su actividad a niveles pre-covid-19. Es importante tener presente que muchas empresas del sector de la curtición exportan hasta el 80-90 por ciento de su producción, de ahí nuestra gran dependencia en el mercado exterior. Somos realistas. No es un panorama alentador, por lo que es crucial y urgente que podamos implementar las estrategias necesarias para minimizar los riesgos económicos y humanos en nuestra industria. Para ello precisamos del apoyo del gobierno, así como de la Unión Europea.
