Del 31 de octubre al 12 de diciembre se celebra en Glasgow (Reino Unido) la cumbre internacional sobre el cambio climático COP26. Este encuentro, que convoca a casi 200 países de todos los rincones del planeta, parte con el objetivo de limitar las emisiones humanas de gases de efecto invernadero y, en consecuencia, frenar el calentamiento global y el deterioro del medioambiente.
En este contexto, un grupo de más de 30 organizaciones internacionales de la industria del cuero acaba de presentar el Manifiesto del cuero. Este documento en favor del uso de materiales naturales solicita a la COP26 que reconozca las características cíclicas y climáticamente eficientes de las fibras naturales y su capacidad para reducir los impactos climáticos de los productos de consumo.
«Las fibras naturales son parte del ciclo del carbono biogénico y, como tales, están compuestas por carbono que ha estado en la atmósfera durante milenios», afirma el Manifiesto del cuero. «Estas materias primas fácilmente disponibles, cuando se producen de manera ética y adecuada, son una alternativa importante para los combustibles fósiles, reduciendo la necesidad de su extracción y reteniendo más carbono en la tierra. Además, al final de su vida útil, los materiales naturales producidos adecuadamente se biodegradarán, limitando su impacto y mitigando las emisiones nocivas, como la contaminación por microplásticos, a menudo asociada con materiales sintéticos», sostiene el documento presentado ante la COP26.
Los firmantes del manifiesto señalan además que el cuero corre el riesgo de ser penalizado debido a la falta de conocimiento de su verdadera naturaleza.
Los firmantes del manifiesto señalan además que el cuero corre el riesgo de ser penalizado debido a la falta de conocimiento de su verdadera naturaleza. Ya que los productores de sustitutos del cuero, a menudo alternativas sintéticas basadas en combustibles fósiles, utilizan esta confusión para hacer afirmaciones infundadas sobre su sostenibilidad.
«El cuero existe porque la humanidad descubrió una forma de transformar un residuo de la producción de carne en un material duradero que, de otro modo, se pudriría y dañaría la salud humana y el medioambiente. ¿Podemos permitirnos perder este hermoso recurso natural y renovable que ha estado con nosotros desde los comienzos de los tiempos?», comenta el español Manuel Ríos, presidente de Cotance, uno de los principales impulsores de este manifiesto.