Las exportaciones españolas de pieles y cueros apenas se han recuperado tras superar los peores meses de la pandemia. Aunque el comercio internacional parece reactivarse en otros sectores de productos acabados como el calzado o la marroquinería, las ventas al exterior de curtidos y pieles crudas siguen ofreciendo datos muy negativos. En cuanto a las importaciones, estos datos son aún peores.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, durante el primer trimestre del presente año con respecto al mismo período de 2020, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 9,1 por ciento (3,5 millones de euros menos); las de pieles semicurtidas crecieron un 7,2 por ciento (1 millones de euros más), y las de pieles curtidas descendieron un 13,5 por ciento (11,7 millones de euros menos).
No obstante, si comparamos los acumulados entre enero y marzo de 2021 y los de 2019 (un año que podríamos considerar normal), las exportaciones españolas de pieles en bruto cayeron un 14,1 por ciento, las de pieles semicurtidas crecieron un 19 por ciento y las de pieles curtidas disminuyeron un 16,1 por ciento.
Importaciones
En cuanto a las importaciones de piel y cuero, durante el primer trimestre de 2021 con respecto al mismo período del año anterior, las compras en el extranjero de pieles en bruto descendieron un 33,1 por ciento (5,9 millones de euros menos); la importación de pieles semicurtidas, un 24,2 por ciento (5,7 millones de euros menos) y, finalmente, las de pieles curtidas, un 28,3 por ciento (16,8 millones de euros menos).
En relación con el acumulado entre enero y marzo de 2019, las importaciones de pieles en bruto se desplomaron un 3,7 por ciento; las de pieles semicurtidas, un 22,5 por ciento, y las de pieles curtidas, un 48,1 por ciento.
En consecuencia, la balanza comercial de la piel de entre enero y marzo de 2021 arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones de 53,4 millones de euros.
