La balanza comercial del sector de la piel en España se encuentra sumida en una situación de parálisis que amenaza con cerrar el presente año con uno de sus peores resultados en mucho tiempo. Durante la primera mitad de 2019, todos los subsectores arrojaron cifras negativas, tanto en las exportaciones como en las importaciones.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, en los seis primeros meses de 2019, con respecto al mismo período de 2018, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 20 por ciento (20,3 millones de euros menos); las de pieles semicurtidas lo hicieron un 41,3 por ciento (19,9 millones euros menos) y las de pieles curtidas, un 3,6 por ciento (7,4 millones de euros menos).
En cuanto a las importaciones de piel y cuero, en el primer semestre de 2019, con respecto al año anterior, las compras en el extranjero de pieles en bruto descendieron un 36,6 por ciento (15,8 millones de euros menos); la importación de pieles semicurtidas, un 24,1 por ciento (16,3 millones de euros menos) y, finalmente, las de pieles curtidas, un 11,1 por ciento (21 millones de euros menos).
En consecuencia, la balanza comercial de la piel de los primeros seis meses de 2019 arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones de 57,6 millones de euros.