
Las exportaciones de la industria curtidora de España comenzaron el año con una importante subida en cuanto al subsector de los cueros acabados. Este aumento cobra mayor relevancia si lo comparamos con las caídas registradas por las ventas al extranjero de las pieles en bruto y las pieles semielaboradas. Incluso, si comparamos las exportaciones de curtidos españoles de este año con las de 2019, previas a la crisis del coronavirus, comprobamos que este aumento es todavía más significativo.
De este modo, según datos de la Dirección General de Aduanas, en febrero de 2024 con respecto al mismo mes de 2023, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 4,3 % (un millón de euros menos) y las de pieles semicurtidas, un 30,2 % (4,7 millones de euros menos), mientras que las de pieles curtidas crecieron un 5,1 % (3,6 millones de euros más).
Si comparamos el primer bimestre de 2024 con el de 2020, previo a la pandemia de la covid-19, las ventas de pieles en bruto descendieron un 18 %, mientras que las pieles semicurtidas aumentaron un 3,4 % y las de pieles curtidas, un 20,9 %.
Importaciones
En cuanto a las importaciones de piel y cuero, en los dos primeros meses de 2024 con respecto al de 2023, las compras en el extranjero de pieles en bruto cayeron un 19,6 % (2 millones de euros menos); las de pieles semicurtidas, un 9,7 % (1,7 millones de euros menos), y, finalmente, las de pieles curtidas, un 0,4 % (0,2 millones de euros menos).
En relación con enero-febrero de 2020, las ventas de pieles en bruto se redujeron un 38,8 % y las pieles semicurtidas, un 11 %, mientras que las de pieles curtidas aumentaron un 5,4 %.
En consecuencia, la balanza comercial de la piel en el primer bimestre del presente año arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones de 40,6 millones de euros.