El pasado 25 de noviembre la asociación italiana de curtidores UNIC celebró su asamblea general en Milán (Italia). En ella, los curtidores italianos reflexionaron y analizaron la actual situación actual del sector en Italia y, al mismo tiempo, definieron algunas de las estrategias que seguirán en los próximos años para afrontar los desafíos que presenta el convulso entorno económico.
Según los datos presentados en la asamblea, la evolución del sector del curtido italiano muestra un desarrollo ambivalente. Por un lado, durante los primeros siete meses del año el valor de la producción ha crecido un 10,3 %, y el de las exportaciones, un 10,8 %. Sin embargo, en verano, la situación se complicó. A la subida de todos los costes de producción —desde los energéticos (+360 % de media) hasta los productos químicos (+31 %)— se sumó el enfriamiento de la demanda, debido a las incertidumbres del contexto internacional. Para Fabrizio Nuti, presidente de UNIC, «en este clima turbulento también es complicado hacer predicciones sobre lo que sucederá en 2023. Es difícil pensar en una recuperación clara y consistente sin que paren, aunque sea parcialmente, los actuales conflictos internacionales: existe el riesgo de que sigamos flotando en el estancamiento del mercado también en los próximos meses».
Informe de Sostenibilidad
La asamblea anual de la UNIC también sirvió para presentar el Informe de Sostenibilidad 2022. Este documento, que ya va por su vigésima edición, se prepara para comunicar las mejores prácticas del curtido italiano en cuanto a sostenibilidad y medioambiente. En este sentido, según informaron, la industria italiana del curtido, en comparación con 2002, ha logrado reducir el consumo de energía en un 25 % y el consumo de agua en un 13 %. Además, a partir de 2003, la caída de la siniestralidad en las curtidurías fue del 59,8 % y la frecuencia de accidentes se redujo en un 38,7 %.
En defensa de la piel
Nuti aprovecho la reunión para defender el sector de los «ataques injustificados» que acosan al cuero. Estos ataques que generan «clichés asfixiantes, muchas veces dictados por el escaso o nulo conocimiento del sector. Pero también del oportunismo de mercado, con la intención de sustituir el cuero», aseguró el presidente de UNIC. «La batalla es sobre todo ideológica y cultural. Llevará mucho tiempo, sobre todo en un mundo (me refiero al occidental y sobre todo europeo) al que le gusta imbuirse de valores emocionalmente atractivos y cautivadores, pero que muchas veces son económica y científicamente erróneos», afirmó.