Hace pocos días, en el entorno de la cumbre internacional sobre el cambio climático COP26, celebrada en Glasgow (Reino Unido), la diseñadora Stella McCartney afirmó en una controvertida entrevista que las casas de moda deberían «cambiar los malos negocios por los buenos», con el fin de proteger el planeta. En este sentido, McCartney señaló directamente al sector del cuero, el cual, según sus declaraciones, es «una de las industrias más perjudiciales para el medioambiente que existen». El objetivo de la diseñadora británica es promover un pacto entre las grandes marcas de moda para que dejen de utilizar cuero y optén por «materiales más sostenibles». «Tenemos que hacer saber a la gente que cada año se matan a cientos de millones de animales para la moda, para el cuero, para las pieles y las colas de los animales», añadió McCartney.
Las respuestas de la industria del cuero no se han hecho esperar. Entre ellas la emitida por la Confederación de Asociaciones Nacionales de Curtidores de la Comunidad Europea (Cotance), la cual tacha esta campaña de la diseñadora como de «ilógica», «desinformada» y «difamatoria». En una carta dirigida a Stella McCartney, firmada por Manuel Ríos, presidente de Cotance, la confederación de los curtidores europeos asegura que alentar dentro del mundo de la moda un boicot al cuero «no tiene sentido y va en contra de la lógica de la economía circular».
«¡No hay vaca, oveja o cabra que sea sacrificada por su piel! Mientras la gente de este planeta coma carne, habrá cueros y pieles. O se usan o se pierden», explica con rotundidad Cotance»
«¿Conoce las consecuencias de su compromiso con el cambio climático?», pregunta Cotance a la diseñadora. A continuación la misiva pasa a refutar varias afirmación erróneas vertidas por McCartney. «Se ha establecido inequívocamente que la demanda de cuero tiene una influencia marginal en la cría de ganado y la tasa de sacrificio. Los cueros y pieles de animales sacrificados para la producción de alimentos para el consumo humano son sobras inevitables. ¡No hay vaca, oveja o cabra que sea sacrificada por su piel! Mientras la gente de este planeta coma carne, habrá cueros y pieles. O se usan o se pierden», explica con rotundidad Cotance.
«Estimamos que hoy en día alrededor del 40 por ciento de la disponibilidad mundial de cueros y pieles, lamentablemente nunca llega a la industria del cuero. Esto no solo es un desperdicio terrible de recursos y del potencial de creación de riqueza, particularmente en las economías pobres, sino también una fuente significativa de gases de efecto invernadero y de contaminación plástica generada por la producción y uso de sustitutos de corta duración», continúa la carta.
«La gente debería saber que, si la industria del cuero no reciclara las 8 millones de toneladas de cueros y pieles que recupera cada año, su descomposición se convertiría en un riesgo sanitario y liberaría unos 5 millones de toneladas de gases de efecto invernadero»
«La gente debería saber que, si la industria del cuero no reciclara las 8 millones de toneladas de cueros y pieles que recupera cada año, su descomposición se convertiría en un riesgo sanitario y liberaría unos 5 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Esta cantidad corresponde a las emisiones anuales de alrededor de 1.087.400 automóviles de media. La gente debería saber esto y mirar el cuero que usan sin sentir culpa. Y esta cifra no incluye las emisiones de carbono que generaría necesariamente la producción de otros materiales. Esta sería la consecuencia de acabar con el uso del cuero. Por tanto, promover su fin solo conduce a generar contaminación», añade.
La carta remitida a Stella McCartney concluye con una invitación: «Nos gustaría invitarla a discutir estos temas más a fondo, pero deje de difamar esta industria humilde pero legítima que brinda un servicio de limpieza a la sociedad, produce belleza duradera a partir de un residuo y que se esfuerza por lograr la excelencia social y ambiental», finaliza el texto de Cotance.
Leer carta completa (inglés):
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