A partir del 1 de Marzo de 2014 China impondrá una nueva normativa de protección medioambiental contra las emisiones de residuos en el agua para la industria del cuero del país. Este sector genera 160 millones de toneladas de agua residuales cada año. Los datos oficiales aportados por CLIA (la Asociación de Industrias de la Piel de China) fija el total de residuos en 400.000 toneladas de demanda química de oxígeno (COD según siglas en inglés, parámetro que mide la cantidad de sustancias susceptibles de ser oxidadas por medios químicos que hay disueltas o en suspensión), 16.000 toneladas de amoniaco-nitrógeno y 1.280 toneladas de cromo. La nueva normativa de descarga denominada GB 30486-2013, aisla el nitrógeno, los iones de cloro y otros contaminantes para que no lleguen al agua. El Ministerio de Protección Medioambiental chino calcula rebajar el COD y el amoniaco-nitrógeno de un 57 y 67 por ciento, sin embargo no ha dicho el tiempo que tardará en implementar este sistema en todas las fábricas.
Alarma social
La preocupación de la sociedad china por la contaminación está aumentando y ha obligado a su Gobierno a impulsar una política de reducción de emisiones dentro de un plan de control que terminará en 2015. En el XII plan quinquenal de protección ambiental (2010-2015), China se comprometió a reducir el COD y las emisiones de dióxido de azufre en un ocho por ciento y las emisiones de amoníaco-nitrógeno y óxido de nitrógeno en un diez por ciento en total respecto a los niveles de 2010. Sin embargo, según explicó, Ma Jun, director del Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales, el problema está lejos de resolverse: «Le lleva 1.000 años al agua profunda subterránea de China recobrar su calidad, y lo peor es que China aún no tiene leyes o regulaciones efectivas para impedir la contaminación del agua subterránea» explicó.
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