InicioEntrevistas«La certificación ayuda a ahorrar a las curtidurías»

«La certificación ayuda a ahorrar a las curtidurías»

Mariví Galiana acumula una experiencia en el sector del cuero de más de 18 años. Desde hace unos meses, forma parte del equipo de auditores independientes del Leather Working Group (LWG), organismo internacional encargado de determinar el grado de compromiso medioambiental de las curtidurías. Hablamos con ella sobre el funcionamiento del LWG y sobre cómo afecta la actividad curtidora a nuestro entorno natural.


LederPiel: ¿Cómo y con qué finalidad nace el Leather Working Group (LWG)?
Mariví Galiana: El Leather Working Group fue fundado en 2005. El grupo busca mejorar la industria de fabricación de cuero mediante la armonización de requisitos ambientales, dando prioridad al desarrollo de las mejores técnicas disponibles y sugiriendo pautas para la mejora continua.
El objetivo del grupo es trabajar de forma transparente, involucrando a marcas, proveedores, minoristas, expertos técnicos líderes en la industria del cuero, ONG y otras organizaciones interesadas.
El Leather Working Group está compuesto por marcas miembro, minoristas, fabricantes de productos, fabricantes de cuero, proveedores de productos químicos y expertos técnicos que han trabajado juntos para desarrollar un protocolo de administración ambiental específicamente para la industria de fabricación del cuero.

LederPiel: ¿Cuáles son sus principales objetivos?
Mariví Galiana: El principal objetivo es el de desarrollar y mantener un protocolo que evalúe el cumplimento ambiental y las capacidades de rendimiento de los fabricantes de cuero y promueva prácticas comerciales ambientales sostenibles y apropiadas dentro de la industria del cuero.

«Durante la auditorías se tienen en cuenta desde permisos de operación de la planta y controles medioambientales a consumos energéticos y de agua; y, finalmente, también tratan asuntos relacionados con la seguridad e higiene.»

LederPiel: ¿Qué parámetros o características se tienen más en cuenta a la hora de conceder las certificaciones?
Mariví Galiana: La auditoría LWG es una auditoría muy completa. Es específica para el sector del cuero, y todos los auditores tienen amplia experiencia en el sector. Durante las auditorías se tienen en cuenta desde permisos de operación de la planta y controles medioambientales a consumos energéticos y de agua; y, finalmente, también tratan asuntos relacionados con la seguridad e higiene dentro de las curtidurías.

LederPiel: ¿En qué consisten las diferentes certificaciones que ofrece el LWG?
Mariví Galiana: Existen en estos momento varias certificaciones. La general se refiere al protocolo principal y es la más común. Luego existe el protocolo para traders, los cuales no obtienen medalla como sí sucede en el caso de las curtidurías sino que obtienen una puntuación 0-100 por ciento, la cual es transferida a sus clientes. Y, por último, el CMM o módulo de control de químicos, el cual sirve para controlar aquellos químicos que son peligrosos para el medioambiente.

«El MRSL aborda las sustancias peligrosas a las cuales los trabajadores pueden estar expuestos durante el ciclo de producción, así como aquellas que pueden ser potencialmente utilizadas y descargadas en el medioambiente.»

LederPiel: ¿Qué requisitos se exigen para lograr cada una de ellas?
Mariví Galiana: En el protocolo principal (auditoría de curtidurías), los requisitos son relativamente sencillos, es decir, cumplir con la legislación e intentar reducir al máximo los consumos de agua, energía y controlar residuos. Son la mayoría de cosas que todas o casi todas las empresas de curtidos realizan. El único problema es que, muchas de ellas realizan todas estas acciones pero no las inscriben, simplemente las realizan. Y es necesario tener una evidencia para justificar que algo se hace. Además, cada curtiduría es diferente y cada una tiene sus propias limitaciones en función muchas veces del artículo que produce, de la zona donde está ubicada, etcétera.
Luego disponemos del Protocolo de Trader (TP), cuyo objetivo clave es proporcionar a los operadores intermedios (operadores o grupos grandes que operan wet blue o crust) un método para poder puntuar en el protocolo principal LWG con el material que transfieren a sus clientes. La visibilidad del suministro es el objetivo principal del protocolo del comerciante.
Por último, el protocolo Módulo de Gestión Química (CMM) se centra principalmente en el listado MRSL (Manufacturing Restricted Substance List) de la inicativa Zero Discharge of Hazardous Chemicals (ZDHC). El MRSL aborda las sustancias peligrosas a las cuales los trabajadores pueden estar expuestos durante el ciclo de producción, así como aquellas que pueden ser potencialmente utilizadas y descargadas en el medioambiente durante la fabricación y procesos relacionados, no solo aquellas sustancias que están contenidas dentro del producto terminado como hace RSL.

LederPiel: ¿Qué ventajas aporta la certificación a las curtidurías?
Mariví Galiana: Ayuda para los requerimientos de mano de obra reducidos para administrar y supervisar las auditorías ambientales; para la entrada y representación de los curtidores durante este proceso; para la reducción de costes de auditorías que se preparan para numerosas marcas, y para las auditorías realizadas por expertos en cuero y, por tanto, con medidas y expectativas realistas. En resumen, es un mecanismo que apoya y promociona la mejora continua en el desempeño ambiental.

LederPiel: ¿Hasta qué punto el LWG puede garantizar su independencia y, por tanto, la fiabilidad de sus decisiones?
Mariví Galiana: LWG está formado por un comité. La auditoría la realiza un auditor independiente y, además, es revisada por otro auditor, el cual a su vez puede consultar al administrador ante cualquier duda o aclaración antes de conceder la certificación. Con lo cual la decisión nunca es de una sola persona.

«Lo importante es demostrar que las curtidurías actuales no se parecen en absoluto a la visión que el mundo tiene de una empresa de curtidos.»

LederPiel: ¿Qué valoración hace de sus primeros meses dentro del equipo de Leather Working Group?
Mariví Galiana: La valoración es muy positiva, pues lo importante es demostrar que las curtidurías actuales no se parecen en absoluto a la visión que el mundo tiene de una empresa de curtidos. Las curtidurías actuales son empresas que se preocupan por reutilizar, valorizar y reciclar al máximo sus residuos. El agua residual generada es tratada y devuelta al medioambiente cumpliendo la legislación y las medidas de seguridad, limpieza y orden dentro de las curtidurías son similares a las de muchas empresas de otros sectores.

«Cada vez más empresas españolas se animan a certificarse por las ventajas que LWG ofrece, sobre todo, de cara a las marcas.»

LederPiel: Hasta hace no muchos meses, las curtidurías españolas que poseían alguna de las medallas LWG eran muy pocas. ¿Por qué cree que hasta hace poco había tanta despreocupación por las certificaciones medioambientales en el sector? ¿Y por qué cree que últimamente cada vez son más las curtidurías españolas que se animan a someterse a la auditoría del LWG?
Mariví Galiana: En general las empresas españolas y europeas cumplen con los requisitos medioambientales, puesto que, si no los cumplen, el organismo correspondiente actuaría sobre ellas. Es por ello por lo que pocas empresas españolas se preocupan por la certificación medioambiental.
Cada vez más empresas españolas se animan a certificarse por las ventajas que LWG ofrece, sobre todo, de cara a las marcas. Por un lado, estar certificado por el LWG da lugar a ahorros de agua y energía, puesto que a menor consumo, mayor es la puntuación dentro del protocolo. Además, cada vez son más marcas las que lo solicitan.

LederPiel: A pesar de los recientes esfuerzos del sector por minimizar sus impactos medioambientales, cada cierto tiempo aparecen noticias de ríos contaminados, de vertederos ilegales, etc. ¿En qué medida el sector español de la curtición es respetuoso con el medioambiente? ¿Y con respecto a otros países de nuestro entorno como Italia o Portugal?
Mariví Galiana: Considero que cada vez son más las empresas de curtidos que cumplen con la legislación, no solo en España, sino también en nuestros países vecinos como Italia o Portugal. Las empresas de curtidos siempre han tenido fama de contaminar, de utilizar mucha agua y de producir malos olores. Y creo que ya ha llegado la hora de demostrar a todos que esto no es así.

LederPiel: En términos generarles, ¿la industria de la curtición española gestiona bien sus residuos sólidos y efluentes?
Mariví Galiana: En términos generales, la actividad curtidora gestiona los residuos y efluentes correctamente, y lleva años haciéndolo así.

«La curtición al cromo, desde mi punto de vista, es la mejor curtición que existe actualmente. Sí es cierto que la tecnología avanza y cada vez más las nuevas curticiones libres de cromo se asemejan más a las que conocemos de cromo.»

LederPiel: ¿Hace nuestra industria un uso excesivo de recursos acuíferos como muchas veces le imputan organizaciones ecologistas?
Mariví Galiana: El problema de algunas organizaciones ecologistas es que desconocen cómo son actualmente las empresas de curtidos. Esto es lo que desde LWG se intenta cambiar: la visión errónea que se tiene sobre una empresa de curtidos.

LederPiel: Cada vez se invierte más dinero y recursos en encontrar una alternativa ecológica y viable a la curtición con cromo. ¿Cree que con el tiempo las curticiones alternativas se terminarán imponiendo al cromo?
Mariví Galiana: La curtición al cromo, desde mi punto de vista, es la mejor curtición que existe actualmente. Sí es cierto que la tecnología avanza y cada vez más las nuevas curticiones libres de cromo se asemejan más a las que conocemos de cromo. En el mercado ya existen artículos chrome free, el problema es que el consumidor actualmente no está dispuesto a gastarse ese poco de más que implica una curtición libre de cromo.

LederPiel: Algunas empresas de curtidos certificadas por el Leather Working Group (LWG) se quejan de que los requisitos para alcanzar la medalla de oro son inasumibles para una empresa medianamente grande y que busque rentabilidad. ¿Qué opina al respecto?
Mariví Galiana: Los requisitos para alcanzar la medalla de oro muchas veces son complicados pues dependen de terceros, sobre todo para aquellas empresas que vierten su agua residual a plantas comunes de tratamiento, las cuales reciben agua no solo de curtidurías sino también de otras actividades. Con lo cual su puntuación depende del grado de depuración de la planta de tratamiento común, más que de ellas mismas. En cuanto a la rentabilidad, hay que decir que las empresas auditadas controlan mucho más sus residuos y su reutilización/valorización, el consumo de agua intentando reducir al máximo su uso y el consumo de energía. Todos estos factores repercuten en la rentabilidad de la empresa puesto que, si se valorizan los residuos, se pueden vender en lugar de pagar por gestionarlos. Si reduces agua, el coste por consumo disminuirá y el coste por tratamiento del efluente también. Lo mismo ocurre con el consumo de energía. Con lo cual en el fondo la certificación ayuda a ahorrar.

«La actividad curtidora en España durante estos últimos años ha ido reduciéndose poco a poco, pero creo que esto ha provocado que las curtidurías actuales que han ido sobreviviendo a las distintas crisis sean las mejores»

LederPiel: ¿Cuáles son hoy por hoy lo mayores problemas medioambientales generados por las curtidurías y donde más se debería trabajar para evitarlos?
Mariví Galiana: Yo no diría problemas medioambientales, pero sí se debería mejorar el consumo de agua. Este punto es complicado pues habría que cambiar el concepto de tintura en bombo por alguno más novedoso y que utilizara menos o nada de cantidad de agua. Pero hasta la fecha es complicado. El consumo energético es otro factor, este es más fácil de resolver pues existen energía alternativas, fotovoltaica, eólica, etcétera. Y, por último, mencionaría la utilización de disolventes para la fijación del acabado. Sobre este punto cada vez son más las empresas químicas las que día tras día sacan al mercado alternativas, pero sería necesaria una mayor investigación.

LederPiel: En su opinión, ¿tiene futuro la actividad curtidora en nuestro país? ¿O está abocada a languidecer y desaparecer poco a poco con el tiempo?
Mariví Galiana: La actividad curtidora en España durante estos últimos años ha ido reduciéndose poco a poco, pero creo que esto ha provocado que las curtidurías actuales que han ido sobreviviendo a las distintas crisis sean las mejores, las que más calidad generan y las que controlan todos los temas medioambientales.

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