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Anna García: «La industria de la piel se enfrenta a un período de cambio»

Desde 2010 la Asociación Española del Curtido (Acexpiel) es la principal asociación del sector de curtidores de piel de España. El pasado mes de junio, Anna García, antes responsable de la organización de ferias y misiones comerciales en Acexpiel, tomó las riendas de la dirección de esta asocación.

Anna García directora Acexpiel
Anna García, directora general de Acexpiel

LederPiel: ¿Cuáles son sus principales objetivos al frente de asociación?
Anna García: Seguir con el propósito de acompañar a las empresas en el proceso de internacionalización, representar a las empresas frente a la administración y en los organismos internacionales y sectoriales, y seguir negociando el convenio colectivo del sector.

L.: ¿Qué grado de representatividad del sector tiene Acexpiel? ¿Cuántos asociados hay en ella? ¿De dónde proceden en su mayoría?
A. G.: Acexpiel representa el 65-70 por ciento de empresas del sector en número de trabajadores y el 90 por ciento en producción. En este momento Acexpiel cuenta con 50 empresas asociadas, 37 de las cuales provienen de Cataluña, 8 de la Comunidad Valenciana y el resto en diferentes comunidades autónomas.

L.: Su elección como directora de Acexpiel no ha estado exenta de polémica. El candidato propuesto en un principio para ocupar este puesto, Bernat Vilarrubias, fue vetado por una parte de la junta. ¿Por qué se produjo este veto? ¿Qué diferencia su proyecto del que presentaba Vilarrubias?
A. G.: No ha habido ninguna polémica en este sentido. Finalmente, la junta ha optado por promocionar para este puesto a una persona que ya formaba parte de la plantilla en lugar de incorporar a una persona externa, siguiendo así con la línea iniciada en 2010 de ajustar la plantilla a la actual dimensión del sector como han ido haciendo nuestras asociaciones homólogas europeas.

L.: Lo sucedido con Vilarrubias hace sospechar que en el seno de la asociación existen dos posiciones enfrentadas entre los asociados procedentes de Valencia y los de Barcelona. ¿Qué hay de cierto en ello? Como nueva directora de Acexpiel, ¿cuál es su postura entre estas dos sensibilidades representadas por las dos zonas curtidoras españolas?
A. G.: No existen discrepancias. Tanto a nivel del sector del curtido como en general se están produciendo muchos cambios y la mayoría de empresas opinan que se hace más necesaria la cooperación entre las empresas.

«Las grandes empresas han desaparecido, algunas empresas que eran más pequeñas han crecido, pero en una dimensión acorde con las necesidades actuales de mercado.»

LederPiel: ¿Cuál es su opinión sobre la situación actual del sector? ¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta el sector? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?
Anna García: La industria de la piel se enfrenta a un entorno empresarial en constante cambio. Este entorno en un sector constituido por pymes es más complicado. La piel curtida como material procedente del tratamiento de las pieles de animales sacrificados para el consumo humano es un subproducto de la industria cárnica. Por ello, el patrón de consumo de carne roja es un aspecto de suma importancia para el suministro de materias primas del sector.
Además la creciente  competencia de otros materiales hace que a la piel se le exija justificar su coste superior con valores como la sostenibilidad, ética y durabilidad.
Las grandes empresas han desaparecido, algunas empresas que eran más pequeñas han crecido, pero en una dimensión acorde con las necesidades actuales de mercado.

L.: ¿Qué modelo de negocio caracteriza al sector de curtidos de España? ¿Qué sectores son los mayores consumidores de cuero español?
A. G.: Las empresas europeas trabajan para el segmento alto de calidad que exige ser muy competitivo.
Los sectores más consumidores son el sector del calzado, la marroquinería y la confección en piel.

«Las pieles españolas gozan de prestigio en los mercados internacionales. Buena prueba de ello es la demanda de las pieles españolas por parte de las firmas del lujo.»

LederPiel: En los últimos años el sector del curtido español ha dejado de estar representado en las principales instituciones europeas y su presencia en los foros internacionales es anecdótica. Como nueva directora de Acexpiel, ¿cómo piensa solucionar esta ausencia?
Anna García: Acexpiel sigue perteneciendo al Consejo Internacional de Curtidores (ITC) y a la Confederación de Asociaciones Nacionales de Curtidores de la Unión Europea (Cotance), y sigue colaborando activamente con estas organizaciones formando parte de sus órganos de gobierno y participando en la mayoría de proyectos que se llevan a cabo. Y vamos a continuar en esta línea de apoyo a estas instituciones.

L.: Tanto por volumen como por calidad de las pieles curtidas, España es el segundo mayor productor de Europa, solo superado por Italia. Sin embargo, da la sensación de que no goza del prestigio que merecería en los mercados internacionales. ¿Por qué cree que sucede esto? ¿Qué estrategias debería desarrollar para mejorar su imagen en el exterior?
A. G.: Las pieles españolas gozan de prestigio en los mercados internacionales. Buena prueba de ello es la demanda de las pieles españolas por parte de las firmas del lujo, y el hecho de que muchas empresas exportan hasta el 80-90 por ciento de su producción, en concreto a Italia y Francia.

L.: España exporta una gran cantidad de piel en bruto de gran calidad. ¿Sería partidaria de que la Unión Europea impusiera medidas proteccionistas para evitar la exportación masiva de pieles crudas y de esta manera facilitar el acceso a esta materia prima?
A. G.: Lo que debería tratar la Unión Europea es que el suministro de materias primas no esté sujeto a políticas comerciales restrictivas. La piel se enfrenta a problemas comerciales con restricciones a la exportación de materias primas.
El papel como modelo industrial de la piel en Europa podría peligrar si los incentivos desleales se perpetúan, y no se tratan.

«En el sector de curtidos español, la deslocalización de la producción por cuestiones de costes ha tenido poco éxito»

Lederpiel: En los últimos años se habla de una relocalización de la producción de calzado y marroquinería en países como España e Italia. ¿Está sucediendo lo mismo con las curtidurías que hace años trasladaron su producción a China? ¿Las curtidurías nacionales están notando este regreso a Europa de la producción del calzado y marroquinería?
Anna García: En el sector de curtidos español, la deslocalización de la producción por cuestiones de costes ha tenido poco éxito y las relocalizaciones de algunas empresas europeas que lo hicieron o incluso de empresas europeas de otros sectores parece indicar que se está produciendo un retorno a una producción más de proximidad, al menos en las primeras fases del proceso productivo.

L.: Más de la mitad del cuero que importamos procede de Italia. Muchos zapateros españoles de prestigio presumen de utilizar solo cuero «made in Italy». ¿Por qué sucede esto? ¿Se ha desatendido la promoción de la imagen del cuero español en los últimos años?
A. G.: La calidad de la piel española está fuera de toda duda. Tanto es así que lo que realmente mantiene el sector en España es la exportación, que sobre todo se concentra en la gama alta de producto. Italia sigue siendo el primer mercado de destino de la exportación de curtido español. Y todo ello es fruto del trabajo de muchos años promocionando la imagen del curtido español y sobre todo del esfuerzo de las empresas en posicionarse en un segmento alto del mercado.
Otra cuestión es que, para un determinado segmento del mercado español del calzado, la piel italiana pueda ofrecer una relación calidad/precio más adecuada.

L.: Una queja muy extendida entre los curtidores españoles es el agravio en cuanto a las exigencias medioambientales y laborales que ellos soportan frente a las de sus competidores asiáticos. ¿Qué hay de cierto en todo ello? ¿Qué medidas se podrían adoptar para solucionarlo?
A. G.: Un tema importante para el sector es que se logre que en la Unión Europea establezca un control de la entrada de artículos de terceros países que cumpla las mismas exigencias internas que cumplen los artículos producidos en la Unión Europea. Además los propios clientes irán exigiendo el cambio.

L.: ¿Cómo cree que evolucionará el sector español de la curtición en los próximos años?
A. G.: El sector aún será mucho más competitivo, con mayor necesidad de cooperación entre los operadores y mayor especialización.

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