Salta las alarmas en el sector español de la piel y el cuero. Todos los subsectores de la balanza comercial de la industria del cuero y la piel, tanto de las exportaciones como de las importaciones, arrojaron durante el primer cuatrimestre de 2019 cifras negativas, en algunos casos con caídas por encima del 40 por ciento. Estos indicadores son una muestra de la parálisis que sufre el sector (ni se vende ni se compra) y que, de no remontar en los próximos meses, tendrá como consecuencia un descalabro notable en nuestros intercambios comerciales.
Según datos de la Dirección General de Aduanas, los cuatro primeros meses de 2019, con respecto al mismo período de 2018, las exportaciones de pieles en bruto cayeron un 17,01 por ciento (11,2 millones de euros menos); las de piel semicurtida lo hicieron un 2,98 por ciento (13,1 millones euros menos) y las de pieles curtidas, un 5,83 por ciento (7,7 millones de euros menos).
En cuanto a las importaciones de piel y cuero, entre enero y abril de 2019, con respecto al año anterior, las compras en el extranjero de pieles en bruto descendieron un 41,43 por ciento (11,7 millones de euros menos); la importación de pieles semicurtidas, un 28,84 por ciento (13 millones de euros menos) y, finalmente, las de pieles curtidas, un 7,37 por ciento (8,8 millones de euros menos).
En consecuencia, la balanza comercial de la piel del primer cuatrimestre de 2019 arrojó un desequilibrio en términos generales a favor de las exportaciones de 147 millones de euros.
Pues estamos buenos…